El
fantasma solitario ya no esta solo
Érase
que se era, que en buena hora sea...
En
un castillo alejado en medio de un profundo bosque, habitaba un ser
extraño al que nadie había visto nunca. Tan solo se escuchaban
enormes ruidos procedentes del sótano, de dicho castillo. En el
habitaba un pequeño fantasma que se sentía cada vez más solo y más
triste. Así que decidió construir una nave espacial para poder huir
de su soledad.
En
dicha nave construyó una puerta especial que tan solo, podía abrir
el con el sonido de sus labios.
Pero
el pobre como se encontraba tan solo pensó:
- Bueno, pero si construyo esta nave solo para mi voy a seguir con mi soledad Tristan, que así se llamaba el fantasma, se puso enfrente de la puerta y dijo:
- A la clase de 6ºC
Él
quería ir al colegio de Íllora (Granada) para así poder tener
amigos y amigas para dejar, de estar solo ya que su vida en el
castillo era bastante aburrida (``NI SI QUIERA TENIA A NADIE A QUIEN
ASUSTAR'')
Una
noche se desencadenó una gran tormenta, y los alumnos de 6ºC que
habían salido de excursión se habían perdido en el enorme bosque
que rodeaba el castillo del fantasma, y no les quedó más remedio
que pasar la noche en ese castillo.
Mojados,
cansados, y con mucho miedo entraron en el castillo.
Fuera
retumbaban los relámpagos y los truenos, de pronto escucharon una
puerta, se oyó unos pasos que daban miedo, mis compañeros y yo
estábamos temblando del susto. Y cada vez se escuchaban más cerca
los pasos hacia la puerta. De pronto dijo el fantasma:
- ¡¡¡¡¡¡¡¡Jolines como llueve voy a buscar un paraguas!!!!!!!!!.
Y
a mis compañeros y a mí nos hizo tanta gracia, que se nos quitó el
miedo y nos hicimos amigos del fantasma.
En
agradecimiento por ser amigos de Tristan y haber acabado con su
soledad, nos invito para dar una vuelta en la nave espacial que había
construido, y nos llevó a recorrer el espacio y contemplar los
satélites y la luna.
Fue
un viaje inolvidable para nosotros, pero más inolvidable fue para
Tristan porque, por fin ya no estaba solo. Y tenía amigos así que
los invitó a volver a su castillo siempre que ellos quisieran. (Por
cierto se me olvidó comentar Juan Antonio, A. Caba y Pablo todavía
están corriendo bosque abajo, del miedo que les dio entrar en el
castillo y ver al pobre Tristan)
Nosotros creemos que algún día llegarán a Íllora.....
Nosotros creemos que algún día llegarán a Íllora.....
En
fin fue una aventura inolvidable para nosotros y terrorífica para
los que aún siguen corriendo. Por cierto, creo que ya va siendo hora
de hacer una visita a nuestro amigo Tristan.
Y
SE ACABÓ ESTE CUENTO CON SAL Y PIMIENTO Y RABANILLO TUERTO...
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