La
clase de 6ºC
Erase una vez, la
alegre clase de 6ºC, propuso realizar un viaje para conocer la
maravillosa y bonita estrella de las nieves. Decidieron realizar el
viaje en un cómodo coche, ya que una vez allí pensaron en alquilar
unas motos, ya que a mis compañeros y a mi misma nos hacia mucha
ilusión montar en una de ellas.
Una vez llegamos a
nuestro destino, nos tuvimos que poner unas gafas ya que el fuerte
sol nos deslumbraba la vista. Después de hacer un gran recorrido,
por sus magnificas instalaciones, nos entró un poquito de hambre, y
decidimos ir a comer a uno de los mejores restaurantes de la
estación.
Cual fue nuestra
sorpresa, que al llegar a dicho establecimiento no había libre, ni
una mesa y tuvimos que esperar sentados en un cómodo sofá, que
había situado justo a la entrada.
En el
establecimiento, junto al sofá una enorme ventana, desde donde se
podía ver una espectacular puesta de sol, la mas bonita que había
visto en mi vida.
Como empezaba a
oscurecer mi compañera Noelia, quiso encender la luz de una vieja
lampara, con tan mala suerte, que le dio un calambre, que se le
pusieron los pelos de punta, como las púas de un erizo.
Una vez entrabamos
en el comedor, mis compañeros, Carlos, Dani y Juan Antonio, se
peleaban por coger todas las patatas fritas, y mientras ellos perdían
el tiempo peleándose, mis compañeras Rocío, Noelia, (que por
cierto aun temblada por el calambre), mis compañeras Marta y Inés
daban buena cuenta, de las patatas fritas.
Ya que Carlos, Dani
y Juan Antonio aun se estaban pegándose pellizcos rebolcandose por
pillar una simple patata frita. Una vez terminado de comer, fuimos a
por los postres, y ahora ya no se peleaban Carlos, Dani ni Juan
Antonio, si no que ahora se peleaban Arturo, A. Caba y Pablo. Por que
solo quedaba un helado ya que los demás nos los habíamos comido
entre todos.
Para bajar la comida
bueno los que comimos porque los otros todavía se estaban peleando
por las patatas fritas, sin saber que no quedaba ni la sal del plato.
Nos fuimos a echar un partido de fútbol ya que había dos porterías
y el maestro Jacobo trajo una pelota, jugamos muy poquitos niños
porque los otros seguían detrás con las patatas fritas y de los
helados, sin saber que el comedor ya había cerrado.
Disfrutamos de un
gran partido mientras ``QUE POR CIERTO GANAMOS LAS NIÑAS'', Ya que
teníamos al maestro Jacobo de portero, ¡¡¡¡¡Vamos mejor que
Casillas!!!!!.
Acabada la jornada
volvíamos a casa con ganas de contarle a nuestros padres nuestra
experiencia.
La mamá de Noelia,
al verla le pregunto
-¿PERO QUE TE HAS
ECHO EN EL PELO? ¿AS HIDO A LA PELUQUERIA?
Y Juan Antonio,
Carlos, Dani, Pablo , Arturo y A. Caba.
Trajeron
durante todo el camino un ruido en las tripas ya que al final se
quedaron, sin patatas fritas ni postre.
FIN....!!!
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