El
ogro y el burro
En
un futuro no muy lejano cuentan.... que la clase de 6ºC un día en
el colegio, estaba trabajando la prensa cuando sucedió algo
tenebroso.... Las bombillas de la lámpara ¡¡¡¡EXPLOTARON!!!
¡¡¡¡¡BUMMMMMM!!!!!!. Todos se asustaron mucho, pero cuando todo
pasó les tocaba E. Física. Pero.... ¡¡¡¡Oh no, nos hemos
quedado encerrados!!!!!! El maestro Jacobo dijo:
- Que no cunda el pánico llamare a la seño Olga y le pasaremos la llave.
Llamaron
a la seño Olga pero...., cuando le pasaron la llave el pomo se cayó
de los dos lados.
De
repente la pizarra digital se abrió por la mitad, y..... todos
caímos dentro de la oscura pizarra.
Llegamos
a un mundo mágico donde TODOS cambiamos de color...
Marta
se puso naranja como el sol, A. Caba Verde como el césped, Cristina
Azul como el mar, A. Javier Gris como las nubes de tormenta, Rocío
Marrón como el tronco de un árbol , Ana Morada como unos calcetines
morados, Luís Amarillo como el color del escudo del España..... y
así toda la clase hasta el maestro se puso Rosa como un helado de
fresa.
De
repente nos encontramos en un mundo diferente, oscuro y frío , así
que decidimos seguir adelante para poder encontrar el camino de
regreso a nuestra escuela. Cuando ya estuvimos un rato caminando nos
encontramos con un encantador burro abandonado el cual, amablemente
se ofreció a llevarnos de vuelta ….pero solo nos pedía una
condición, teníamos que ayudarlo a cruzar por el castillo del ogro,
que según contaba era un ser malvado y maloliente que se comía a
todo aquel que se cruzaba en su camino.
Mis
compañeros y yo estábamos muy asustados, sobre todo Pablo y Arturo
que estuvieron todo el camino cogidos de la mano mientras que
nosotras pasábamos el tiempo cogiendo hermosas flores. De pronto al
simpático burro se le ocurrió que para ir mas rápido nos
pusiéramos todos unas zapatillas muy veloces que el ogro abandonó
en el bosque ya que ignoraba que eran mágicas y podían volar así
que todos nos las pusimos, bueno casi todos….... menos Juan
Antonio, Pablo Y Arturo que aún seguían cogidos de las manos, pero
al final el maestro Jacobo los convenció y todos juntos pudimos
volver al colegio sanos y salvos gracias a aquél burro tan
simpático que nos rescató de caer en las garras de un malvado ogro
come niños.
Todos
guardamos con cariño aquellas zapatillas muy veloces con las que
volvimos a nuestro mundo y recordamos con cariño al burro y su gran
ayuda. Y desde entonces cuidamos y protegemos a ese querido animal
que es el burrito... Así que todo pasó ya mi cuento se acabó.
Fin...!!!